martes, 22 de septiembre de 2009

día 007 / Crátera con volutas de Figuras Rojas / inv. 270




A la hora de realizar el primer dibujo, seleccionamos una crátera donde está representada en la figura de Apolo Citarista, realizada en la técnica de "figuras rojas".

En estas figuras las líneas son delicadas y con trazos finísimos, ya que están realizadas con un engobe o decoración de un segundo barro (en este caso de color negro) que aplicado sobre la pieza cruda, permite, de una sola cocción obtener el doble color.

Decidimos realizar en estas primeras aproximaciones figuras aisladas, ya que simplifica la toma de contacto con la tipología gráfica de dichos dibujos. A la vez, Apolo, como representante de la música, es un referente al que volveremos en distintas ocasiones, ya que es uno de los temas más recurrentes en la colección de vasos de esta colección, que corresponde a las excavaciones realizadas en tumbas de la zona boloñesa.

En este primer dibujos, los trazos que realizamos son torpes, hace falta todavía entrar en contacto en mayor medida con este tipo de trabajo, conocerlo más a fondo, e incluso perder ese respeto inicial, casi sacro, que tiene quien aprecia el arte griego.

Sucede algo parecido cuando se empieza a trabajar con un/una modelo nuevo: el primer instante es violento, pero hay que superarlo para conseguir la necesaria familiaridad que permite pasar del inicial respeto a la visión de la belleza plástica, sin la cual no se crea la comunión entre el objeto y el sujeto.



Para empezar a realizar estos dibujos, hemos decido a priori trabajar sobre un cartón de color gris, ya que el contraste rojo-negro, es, a nivel lumínico, más sutil que el blanco-negro. No obstante, ya desde el primer momento se percibe la importancia del tono cromático en la apreciación estética de estas piezas.

También se aprecia la diferencia de lenguaje que significa el paso de la técnica de aplicación de la tinta negra que realiza el artista de la cerámica, comparado con la técnica de dibujo a lápiz que estamos realizando.

De igual modo, al acercarnos a corta distancia a las figuras, la deformación propia de la forma volumétrica, a la que ya nos habíamos referido, se hace mucho más presente. La aproximación por fotografía, nos permite en ocasiones apreciar detalles que se pierden a primera vista a causa del punto de vista y, en la mayoría de los casos, dado que las piezas han sido restauradas y la definición de todos los detalles no siempre es óptima. De todos modos, la óptica fotográfica también filtra la mirada y crea su propia de-formación. En la observación real de la pieza, la relación entre el detalle y el conjunto fuerza necesariamente a una mirada dinámica.

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